Velo y deja tus opiniones!
jueves, 31 de julio de 2008
Fantasma en Camara de Seguridad
Velo y deja tus opiniones!
miércoles, 30 de julio de 2008
Como alejar malas vibras...
Somos energia, y como tal, la hay buena y mala; y como generadores de energia, podemos atraer o repelerla. Asi que empieza tu dia con una sonrisa, y mentaliza cosas buenas, programate a que eres superior.
El agua limpia, purifica; desde un vaso de agua dentro del cuerpo, hasta el agua en tu habitacion o negocio. Procura mantener un espacio limpio, de vez en cuando rociar agua, e igual mentalizarte a que el agua es energia vital; que limpia todo. Unas gotas de agua, por ahi y por alla; ingerir un litro de agua diario, y si es posible -tener un vaso con un poco de agua, sobretodo si es negocio-.
Que tal unas velitas, un incienso? Te ayuda a relajarte, ver el fuego es hipnotizante, ademas que limpia el ambiente, las vibras; ilumina tu vida, tu camino... Ve una vela, y pidele un deseo, dile lo que deseas, y veras como al poco tiempo, todo va a ir mejorando.
Y por ultimo, si el ambiente lo sientes cargado, o algo viciado, unas flores -de preferencia blancas- en algun lugar donde te hagan sentir bien, ayudaran mucho. (No te has preguntado, porque en todos los restaurantes, hoteles y negocios, tienen arreglos?) Las flores absorben energias negativas, ayudan a crear energia positiva, ademas que adornan los espacios en los que se encuentran.
Asi como ves, con estos pasos sencillos, podras tener un ambiente limpio, sin malas vibras.
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martes, 29 de julio de 2008
Amityville: La casa maldita
En todos los paises hay ciertos sitios que se consideran "malditos". Pero la casa que más terror infunde a la gente es la de Amityville, en el 112 de Ocean Avenue, Amityville, Nueva York. Esta casa ha inspirado películas, libros, investigaciones, etc. Con todo ello, no se ha llegado a comprender qué sucede dentro de esta casa. Demonios, poltergeist, fantasmas de un cementerio indio... no se sabe, con estas cosas, es imposible llegar a una conclusión unánime. Pero veamos un poco la historia...
Amityville, una localidad ubicada en el sur de Long Island, a unas 20 millas de la ciudad de Nueva York. El pueblo tiene una playa propia donde se puede pescar en verano. Su proximidad a Nueva York hace del pueblo un lugar tranquilo para vivir y la posibilidad de viajar a Manhattan en poco tiempo.
Una madrugada de noviembre de 1974 (en algunos sitios he visto que ponen el 13, otros el 15...), el hijo mayor de la familia DeFeo (Ronnie), de tan sólo 17 años (en otro sitio comprobé que dicen que tenía 23, con estas leyendas es lo que pasa, que los datos acaban siendo distintos), asesinó a sangre fría a sus padres y hermanos, con un rifle, dejando un total de seis personas muertas.
“Disparé primero a mi padre, luego bordeé la cama y mate a mi madre. Después de eso, honestamente digo que no hubiese podido parar aunque hubiese querido. No podía bajar el rifle, no podía dejar de apretar el gatillo. Sentía como si alguien estuviese dentro de mi, manejándome a su antojo.”
Ronnie decía oír voces en la casa que le inducían a hacer esas atrocidades: “cógelos… mátalos…acaba con ellos”. Estas voces fueron atribuidas por el tribunal como un desorden psicológico. Nunca se consideraron reales. El impactante caso ocupó las primeras páginas de la prensa durante meses.
La familia Lutz compró la casa por un precio irrisorio al cabo de un tiempo (sobre el cual también hay distintos datos, por supuesto. Yo me inclino por pensar que fue por lo menos un año después) La familia estaba feliz de haber encontrado una casa tan bonita por un precio tan barato. La familia sabía lo que había sucedido, pero no lo dieron importancia, pensaron que esas cosas eran para gente supersticiosa.
Desde el primer momento en que ocuparon la casa, el matrimonio y sus hijas pequeñas sintieron una presencia sobrenatural, que se iba haciendo más fuerte cada día. Al principio, se escuchaban ruidos extraños a lo largo del día; luego, comenzaron a aparecer manchas en las paredes y malos olores sin motivo aparente, y las puertas y ventanas se abrían solas.
Kathy Lutz agregaría que en reiteradas ocasiones se sintió observada en ciertas partes de la casa, principalmente en las habitaciones, y que una vez vio unos ojos rojos que la miraban desde la oscuridad a través de la ventana. De repente, comenzó a tener pesadillas repetitivas con los crímenes sucedidos en la casa, pero soñando que las víctimas eran los componentes de su familia.
La supuesta entidad que habitaba la vivienda trató incluso de apoderarse de los cuerpos de sus residentes, manipulándolos a su propia voluntad y obligándolos a cometer actos de naturaleza violenta, algo en lo cual los Lutz nunca han querido ahondar.
A los pocos días de habitar el lugar, el matrimonio se convenció de que la casa estaba poseída por una presencia demoníaca y recurririó al sacerdote de la iglesia más cercana, quien contaría después que al tratar de bendecir la casa, escuchó una voz que lo echaba, una voz que surgió de la nada desde la planta más alta de la casa y que gritó: ¡Lárgate de aquí! Según los relatos de la época, cuando el sacerdote entró en la casa, el ambiente se llenó de un olor putrefacto y una nube invadió el lugar. El religioso debió luchar con una fuerza física que le impedía acercarse a la casa y finalmente fue violentamente expulsado.
La visita del sacerdote marcó el punto en que los sucesos paranormales se incrementaron, George empezó a sentir presencias extrañas también, e incluso sentía miedo a abrir los grifos pues suponía que una presencia maligna podía salir de ellos si abría la llave de paso. Las alucinaciones se hacían más comunes y la desconfianza en la familia se acrecentaba, George afirmaba que su mujer se estaba tranformando en una bruja pués, según él, se le estaban cayendo los dientes y el pelo. George también afirmaba que todos los días a las 3:15 de la madrugada se despertaba por unos ruidos que oía, y pensaba que eran las cañerías. Hasta que los Lutz debieron abandonar para siempre la casa, que desde entonces se encuentra deshabitada y sobre la cual pesa el estigma de la leyenda de Amityville. Sólo vivieron en la casa 28 días (para variar, otro dato que baila, en otros sitios he encontrado que eran 16 días, quién sabe, tenía entendido que eran 28 días), después de los cuales huyeron sin ni siquiera hacer las maletas. Todavía se pueden ver en la casa algunos juguetes tirados por el suelo.
High Hopes (Grandes Esperanzas) era el nombre de la mansión. Irónico, ¿verdad?
Esta historia ha inspirado cuentos, libros, incluso peliculas, que muestran paso a paso los hechos sangrientos que Amityville encierra.
¿Y tu? ¿Crees que haya sido la casa? ¿Demencia? ¿O alguna fuerza mas obscura?
lunes, 28 de julio de 2008
domingo, 27 de julio de 2008
sábado, 26 de julio de 2008
La Muñeca y el Mar
Una noche, después de ser visitada por su médico, se quedó sola en la habitación, mientras su madre hablaba con él medico en el pasillo, cuando la madre escuchó el murmullo de su hija, abrió la puerta y vio que la niña estaba sentada en el borde de su cama, hablando con su muñeca.
La madre de la niña, muy disgustada la mandó irse a dormir, la quitó la muñeca y la cerró la puerta. Esa misma noche, a su madre le tocaba velar por ella, fue a ver como estaba su hija, y encontró la muñeca de nuevo en su cama, arropada, abrazada a la niña; no se lo explicaba, volvió a quitarle la muñeca y se fue a dormir.
A la mañana siguiente, su madre despertó oyendo el murmullo de su hija, y sintiendo curiosidad de lo que decía, se hizo la dormida y empezó a escuchar: Entonces...tengo que hacer eso, ¿para qué me cures la enfermedad? La madre no sabía que pensar, abrió los ojos y miró a su hija rápidamente, y vio de nuevo la muñeca sentada al lado suyo, no le pudo decir nada, porque en ese instante entró el médico a decir que la niña estaba curada y que la iban a dar de alta.
viernes, 25 de julio de 2008
Mitos Urbanos -ENANOS-
El enano de la cama usada.
El relato más o menos dice que una pareja compra una cama usada. Esa misma noche, mientras duermen en la cama, ambos tienen sueños que al día siguiente intentan olvidar. Los sueños son de tinte erótico y se repiten. La pareja comienza a verse desmejorada: en cada amanecer se encuentran más cansados que la noche anterior. Un amigo nota el deterioro de los jóvenes. Se hace invitar a la casa y tajea el colchón. En medio de la goma espuma encuentra un enano, quien todas las noches droga y sodomiza a la pareja.
Dicen que en el baño de un bar, cercano a una estación de trenes o micros, sucede algo extraño. Cuando los clientes van al baño, urgidos por el exceso de cerveza o café, son atacados. Cuando proceden a hacer su micción, los atacados encuentran la cabeza de un enano, quien con su boca abierta, se asoma de un mingitorio y los abusa o les hace una propuesta deshonesta. Al parecer solo ataca a borrachos y superdotados.
El invitado en el baño.
La leyenda dice que durante una cena, un invitado se excusa y va hacia el baño. Los otros invitados continúan en su actividad. Desde el baño llegan sonidos extraños, de dolor. Los comensales empiezan a inquietarse y hacen chistes para disimular. Los gritos que vienen desde el baño ganan intensidad: son desgarradores, como de películas de terror. Una mujer, en la mesa, se desmaya. Los otros invitados se levantan y corren hacia el baño. La puerta está trabada desde dentro. Desde dentro, el hombre grita y patalea. Uno de los invitados arremete contra la puerta con un hombro y logra abrirla. El invitado yace tirado, con los pantalones bajos y en la taza del inodoro hay un enano de jardín.
El enano del buzón.
jueves, 24 de julio de 2008
El Carro Fantasma
miércoles, 23 de julio de 2008
El Chat Prohibido
ELLA - Hola, ¿seguimos el tema?
YO - ¡Vale! Pero no creo que puedas convencerme, ya sabes... me cuesta creer estas
cosas.
ELLA - No pretendo convencerte de nada, pero nací con ciertos dones y tampoco tengo
intención de ocultarlos al mundo.
YO - Eso debe estar bien.
En realidad no sabía qué decirle. ¿Estaba bien? En fin... poco podía decir yo al
respecto.
ELLA - Está bien, pero no siempre. Cuando tengo una visión acabo agotada.
YO - ¿Te supone un esfuerzo?
ELLA - Sí, bastante esfuerzo.
YO -¿Y por qué lo haces?
ELLA - No es algo que se elija, se nace con ello.
Hubo un silencio en el que ninguna de las dos parecía saber qué decir. Miré el canal
donde nos habíamos conocido siete meses atrás. Estaban hablando de las próximas
vacaciones de verano.
ELLA - ¿Sigues ahí?
YO - Sí, ¿no puedes verlo? .-Bromeé.
Entonces dijo algo que me asustó.
ELLA - Sí, puedo verte.
Tragué saliva y pensé, vaya, me está tomando el pelo y yo caigo como una tonta.
Sentí un escalofrío pero decidí presionarla.
YO - ¿Ah, sí? Pues dime... ¿con quién estoy?
ELLA - Sola
Bueno, eso podía haberlo comentado antes en el chat y que ella lo hubiese leído.
Decidí seguir con aquello como si se tratara de un juego.
YO - Dime algo que me sorprenda. Algo que veas en mi habitación.
ELLA - Veo que tienes algunas de las teclas de tu ordenador borradas. Tecleas rápido.
YO - Ya, pero eso puede pasarle a cualquiera. Las letras de los teclados se borran.
ELLA - Tú tienes borrada la A, la S, la L y la M.
Miré mi teclado más curiosa que horrorizada, pero de la curiosidad a la ansiedad
hubo tan sólo un instante. Ya no me hacía tanta gracia el juego. Mi condición de
incrédula, no obstante, me hizo ir más allá.
YO - Amiga... estoy segura de que casi todos tenemos las mismas letras borradas. Dime
algo que sorprenda de verdad.
ELLA - ¿Por qué quieres seguir con esto si no me crees?
Buena pregunta, pensé.
YO - Igual para conocerte un poquito más, o para experimentar algo que no haya
experimentado antes.
En ese momento supe que ella sonreía desde su lado del monitor. Internet es un sitio curioso. Estás en tu casa, en camiseta de tirantes y pantalón corto, descalza y con el ventilador puesto cuando al otro lado de la pantalla alguien te habla abrigado hasta el cuello, con un par de calcetines y la estufa puesta porque tú estás disfrutando del inminente verano y ellos aún están pasando el clima del invierno.
Mi amiga se había mostrado siempre amable, abierta, simpática y con un buen sentido del humor. Se podía decir que coincidíamos en todo menos en este tema. No nos gustaba el fútbol, adorábamos las comedias, nos encantaba Oscar Wilde, ambas habíamos visitado Orlando, a las dos se nos había muerto el padre... ¡eran tantas cosas las que nos acercaron y nos hicieron grandes amigas!.
ELLA - ¿Cómo llevas el libro? –Preguntó de pronto.
YO - ¿Qué libro?
ELLA - El que tienes encima de la mesa... déjame ver... La fuerza bruta, de John
Steinbeck.
Miré a mi derecha con los ojos como platos. ¿Se lo había dicho? ¿Le había dicho que lo había empezado o que iba a leerlo? ¿Le había dicho que solía poner los libros en mi mesa porque me encantaba mirar una y mil veces las portadas de los libros que me estaba leyendo? Evidentemente, la respuesta debía ser sí.
YO - Acabo de empezarlo.
Lo escribí sin dejar notar nada sobre mi –todavía- sorpresa.
ELLA - Yo no lo he leído.
YO - Ya te diré qué me parece.
En el chat general el tema de conversación giraba en torno a las lanchas motoras. No me pareció más interesante que mi conversación en privado y me puse a pensar qué podía preguntarle para descubrirla o rendirme a sus pies definitivamente. Pero habló ella.
ELLA - Alguien va a llamar a la puerta.
YO - Ah, pues ve, te espero.
ELLA - No. Es en tu casa.
Sonreí incrédula. Iba a poner una risa (jajajaja) cuando sonó el timbre. Miré hacia la puerta de la habitación. Mis ojos volvieron a la frase premonitoria de mi amiga.
YO - Ahora vengo.
ELLA - Ok.
Llegué hasta la puerta y miré por la mirilla. Un vendedor de alfombras.
- No me interesa. –Dije para no tener que abrir.
El chico dijo algo que sonó despectivo y se marchó a otro piso.
Volví al chat.
YO - ¿Cómo lo sabías? Era un vendedor de alfombras.
ELLA - Te he dicho que puedo verte.
Sopesé la posibilidad de que tuviera razón pero mi sensatez lo negaba una y otra vez. No había nacido yo para creérmelo todo, y menos aún aquello que escapaba a la lógica. Mi amiga no sólo estaba en su casa, sino que estaba en otro país y teníamos distinta franja horaria.
ELLA - ¿Sabes? Algo me dice que debo seguir mirándote. No te asustes pero...
YO - pero???????
ELLA - Es que no sabría explicártelo. Generalmente tengo visiones premonitorias, otras veces, como hoy, puedo provocar el verte. Aparecen imágenes frente a mí y te veo, veo tu habitación, pero esto supone un gran esfuerzo. Me duele la cabeza.
YO - Ya, pero... ¿y el “pero” que decías?
ELLA - Es que no quiero asustarte pero presiento algo raro.
YO - Ahora sí que me estás asustando.
¡Pero qué poca firmeza tenía, por Dios! ¡Ahora estaba asustándome de verdad! Yo, la
incrédula, la que si no ve, no cree. Me sentía agitada. Quizás se debía a que eran
pasadas las diez de la noche ya, estaba sola en casa y la última persona que había
visto había sido un desconocido poco amable desde una mirilla. Al menos aún podía
escuchar el volumen alto de un televisor. Era mi vecina, una viejecita que estaba
algo sorda.
YO - No sé pero... quizás deberíamos cambiar de tema.
YO - No es que me hayas convencido pero...
ELLA - :) No te preocupes, te entiendo. ¿Tengo tu permiso para seguir observando?
YO - Claro, pero que conste que no tengo tan claro que puedes verme. Mi sesera me
impide creerte. :)
Miré de nuevo el chat para ver si surgía algún tema en el que pudiera involucrarme
pero estaba parado. Había unos siete miembros en el chat y ninguno de ellos hablaba.
Todos estaban en privados. Miré la ventanita del privado de mi amiga.
Iba a escribir algo cuando ví que ella se me había adelantado.
ELLA - Cielo, ahora te asustes pero, no estás sola.
Sentí un escalofrío en mis piernas y mis brazos. Tanto se erizó el vello que me
dolió. ¿Cómo se podía calificar a una de “cielo” para luego decirle que no estabas
sola en la habitación?.
YO - ¿Qué quieres decir? Me estás poniendo nerviosa.
ELLA - No puedo identificarle pero está detrás de ti
YO - Por favor para
ELLA - No se mueve casi, no te asustes, déjame observarle.
YO - Estoy asustada.
Ahora sí que lo estaba. Miraba la ventana. Oscuridad total. No me atrevía a girarme
hacia atrás. ¿Y si veía algo que no quería ver? ¿Y si allí estaba mi amiga? ¡u otra
persona! Eso aún era peor... comencé a notar un nudo en la garganta. Hubiera querido
ser más valiente o más cobarde y llorar, pero estaba estancada en mi propia lucha
para creer o no creer.
ELLA - ¿Notas frío a tu alrededor?
Su pregunta me llegó casi cuando estaba a punto de apagar el ordenador y encender la
luz del techo para meterme rápidamente en la cama y olvidarme del tema.
YO - Estamos a más de 30 grados.- Le informé.
ELLA - Ok. Es que no consigo entrar en él.
YO - ¿¿¿EL??? ¿entrar??
ELLA - Se muestra como una estatua por eso no me deja descubrirle. No sé si es bueno
o tiene malas intenciones. Sólo sé que está ahí, estático.
YO - Yo no veo a nadie... esto no me gusta.
ELLA - Ya te dije que no te asustarás, cielo. Además, yo estoy contigo.
YO - Sí, a miles de kilómetros de distancia.
Entonces lo noté. Una especie de roce helado, como si hubieran puesto una mano sobre
mi brazo. En la zona donde la sentí el pelo de mi brazo se erizó. Completamente en
alto. El resto de mi cuerpo no notó nada.
YO - ¡Está pasando algo!
ELLA - ¿Qué??
YO - He sentido un frío helado en mi brazo.
ELLA - Tranquilízate.
YO - Se me ha erizado el pelo, tengo una extraña sensación.
Comenzaba a ser pánico.
ELLA - Cielo, tranquila, hazme caso.
YO - Esto es muy raro
YO - Estoy asustada
YO - Necesito tranquilizarme, estoy.... joder!
YO - joder joder joder joder joder
ELLA - ¿Quieres dejar de escribir?
YO - joder joder joder joder joder
ELLA - Te va a dar una taquicardia, tranquilízate.
Y entonces noté un soplo frío en un mi cuello, como si me hubieran tirado el aliento.
YO - ¿Qué significa el frío del que me hablabas?
ELLA - El frío lo transmiten los muertos cuando se acercan, generalmente algo
enfadados o...
YO - ¿OOOOOO??????????
ELLA - violentos
YO - ¿VIOLENTOS?????
YO - Joder ayúdame, qué hagooooooooo?????
ELLA - Tranquilízate, yo no lo he visto moverse.
YO - ¡Haz algo!
ELLA - Cielo ¿quieres tranquilizarte?
YO - ¡Hay alguien conmigo joder! Tengo un muerto tirándome su aliento en mi espalda,
estoy acojonada estoy asustada estoy llorando
ELLA - Cielo.... ¿te importaría escucharme? Deja de escribir y lee esto
Hice un esfuerzo. Para mí escribir suponía no mirar atrás y leer palabras, ya fueran
suyas o mías, sentirme menos sola en mi habitación.
ELLA - No hay nadie, cariño.
YO - Lo dices para tranquilizarme.
ELLA - NO HAY NADIE
YO - Está aquí, lo siento, lo presiento lo notooooooo
ELLA - Ok. Escúchame. Era broma.
YO - ¿Broma????
ELLA - Quería demostrarte que no existen los incrédulos, cálmate por favor. Yo no veo
nada, es cierto que a veces tengo visiones premonitorias, como cuando han llamado a
la puerta, pero no puedo obligarme a ver a nadie.
YO - pero yo siento algo
Esto último lo escribí con lágrimas en los ojos y más asustada que nunca.
Sus palabras no me tranquilizaban. Las lágrimas a veces me impedían leer bien pero
me las quitaba restregándome en segundos los ojos o apretando los párpardos para que
salieran disparadas y dejaran de molestarme.
ELLA - Voy a llamarte por teléfono.
Pocos segundos después sonaba el timbre del teléfono. ¿Había hecho ella misma una
conferencia para convencerme de que no existían las videntes ahora que ya me lo
había creído?. Fui a descolgar pero ocurrió algo que congeló mi mano en el aire.
ELLA - Cielo, no puedo llamarte sin desconectar esto. Sólo tengo una línea. ¿Puedo
llamarte o prefieres que sigamos aquí?
Cuando ya tenía puesta la mano en el auricular ví su privado. ¿Cómo podía escribirme
y llamarme a la vez? Miré el identificador de llamadas antes de descolgar. No había
número, era anónimo. No era ella. Eso lo tenía claro después de haber visto el
privado.
Respiré hondo y dudé entre contestar al privado o descolgar el teléfono. Me decidí
por la llamada.
- Dígame.
- Tu amiga va a a morir mientras tú escuchas este mensaje.
Jamás había sentido tanto miedo y jamás en mi vida mi corazón había dado un vuelco
tan grande ni mis piernas –aún sentada- me habían fallado con tal rapidez. Me hice
de mantequilla. Comenzó a darme vueltas la habitación y luché por recuperar el
aliento.
De pronto la línea se cortó y comenzó el molesto pitido de “comunicando”.
Solté el auricular como si me quemara en las manos.
Volví rápidamente al chat, al privado. Tecleé tan rápido que lo escribí todo mal.
YO - ?ESta`s ahí´?
YO - respondeeee!!!!
YO - responde por favvor!!!!
YO - ¿no me lees¿¿¿
YO - DI ALGOOOOOOOO
Histérica, cogí mi agenda y marqué su número de teléfono. Yo sí tenía dos líneas y
podía permitirme permanecer en internet mientras le llamaba. Conseguí comunicación
con el extranjero y esperé... esperé nerviosa, mordiéndome el labio, más agitada que
entera, más asustada que nunca... prácticamente bailaba en mi asiento.
Pero no contestaba.
Colgué furiosa pegándole tal golpe al auricular que pensé que me habría cargado el
teléfono. Volví al privado y traté de que mi amiga respondiera. No lo hacía. Al
final apareció un mensaje en mi privado. En su ventana.
ELLA - Ahora sí te veo. No tengas miedo. Sólo me quedaré un momento.
Sentí un escalofrío que me recorrió la espina dorsal. El chat me indicó que tras
escribir esa última frase, mi amiga había salido del chat. Ya no estaba allí. No se
había despedido de nadie, ni de mí, ni del resto de los miembros del chat. Había
desconectado.
Miré fijamente la pantalla que sólo se movía ahora en el chat general. Ni siquiera
sé de qué estaban hablando. Para mí todas las líneas no tenían significado, sólo
podía mirar su último comentario del privado. “Ahora sí te veo. No tengas miedo.
Sólo me quedaré un momento”.
Entonces lo entendí.
Comencé a llorar desesperada.
Mis manos corrieron a mis ojos y lloré sofocada, entendiendo que mi amiga había
muerto, que era yo la que había tenido el presentimiento y la premonición, y que
ahora ella estaba a mi lado. Esta extraña comprensión me hizo girarme y mirar mi
habitación vacía. No quería creer que no estuviera allí. No podía, no después de
todo....
Una caricia, tan suave que apenas era como un suspiro, acarició mi cabeza.
Transmitió tal cantidad de paz que lejos de asustarme me relajó. Mis lágrimas
continuaron cayendo por las mejillas. Ya no las secaba. Miraba al vacío sabiendo que
ella estaba frente a mí.
- ¿Qué te han hecho? . –Pregunté al aire.
- Pssss.
Respiré hondo al escuchar ese sonido. Era como cuando era pequeña, tenía miedo y mi
madre ponía su dedo en la boca y soplaba para que olvidara el tema y pensara en
cosas bonitas.
Ladeé triste la cabeza. La paz de su caricia no me abandonaba pero sabía que éste
sería nuestro primer y último encuentro sin el ordenador de por medio. Me tembló el
labio.
- Te echaré de menos.
En ese momento en el ordenador hubo un movimiento general. Se minimizó el chat, se
abrió solo un tratamiento de textos, y apareció una corta frase en una página en
blanco:
Y YO A TI.